El médico forense que realizó la autopsia al cuerpo de Marianela Rago Zapata, la joven hallada degollada y con 23 apuñaladas en junio de 2010 en el departamento del barrio porteño de Balvanera que alquilaba, afirmó este lunes que el homicida actuó "con bronca" y que le provocó “múltiples lesiones” las cuales fueron realizadas “con saña y muchas ganas”.
Se trata del Héctor Di Salvo, médico legista y parte del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia, quien declaró en una nueva audiencia en el juicio que se le sigue a Francisco Amador (36) por el crimen de su expareja, Rago Zapata.
El especialista declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29 porteño junto a sus colegas Juan José Fenoglio, César Romero y Marcos Banic, con quienes formó parte de la Junta Médica que supervisó la autopsia al cadáver de Marianela.
El informe
“Me acuerdo que (Rago Zapata) tenía muchas lesiones, fundamentalmente punzo cortante, traumáticas, tipo contusas. Predominantemente la causa de la muerte fue un degüello. También tenía un desgarro en el hígado, que también puede ser una lesión idónea para provocar la muerte”, manifestó el forense ante los jueces Hugo Navarro, Juan María Ramos Padilla y Rodolfo Goerner.
Di Salvo aclaró que el corte en el cuello fue producido “por un arma blanca sin filo”, y que la lesión en el hígado pudo haber sido producida por “un golpe fuerte o subirse arriba” del órgano afectado.
“Yo me incliné más de que fuera arrollado, es decir, que el hígado fue aplastado”, añadió Fenoglio, quien también participó de la junta médica realizada durante la etapa de instrucción de la causa.
Respecto a los golpes recibidos por la víctima, Di Salvo fue contundente al expresar que los mismos fueron realizados “con mucha saña, o de una manera vulgar, diría que con muchas ganas”, y agregó que la joven estudiante de periodismo tenía “lesiones de defensa como si hubiera querido parar el arma o los golpes”.
Frente a ello, el juez Ramos Padilla consultó al testigo si existen motivaciones para tal ensañamiento, a lo que Di Salvo respondió que, si bien es muy difícil saberlo y que “entraría en un terreno de hipótesis”, sostuvo que “en la jerga vulgar sería bronca”.
Luego, el fiscal de juicio Sandro Abraldes quiso saber si la víctima padeció dolor ante la agresión y el forense respondió categóricamente que sí.
En tanto, el perito Romero declaró que fue quien examinó al acusado Amador al momento de ser detenido como acusado del crimen de su expareja.
“Las lesiones que le vi son que a veces se pueden borrar en 24 o 48 horas, según la presión y la superficie donde se realizó la presión. La data de producción que tenían es de entre 48 y 72 horas. Recuerdo que eran lesiones leves difícil de identificar. También presentó un cuadro de angustia por un momento vivido”, indicó el legista.
Por su parte, el perito de parte de la querella, experto en criminalista y doctor en criminología, Raúl Torre, sostuvo en su exposición ante el TOC que en living comedor fue el lugar “donde se produjeron con seguridad las lesiones más importantes de la víctima”, ya que allí había una gran mancha de sangre y se hallaron dos horquillas de pelo.
“También nos llamó la atención que en la cocina se encontraba abierto el cajón de los cubiertos. Creemos que de allí se tomó el instrumento (cuchilla)”, aseguró antes de relatar cómo él creyó que sucedió el crimen.
Para Torre, Rago Zapata “recibió dos golpes, uno en la zona hepática que provocó lesiones y una en la zona de la nariz, que le generó una fractura, lo que le provocó un estado de indefensión”.
“Luego, el o los criminales van al cajón de los cubiertos, obtiene el elemento y ahí produce las heridas de arma blanca. Hay muchas lesiones de defensa. La lesión de degüello produjo la muerte, por esa lesión asumimos que estaba por delante de la víctima. Muchas lesiones se produjeron estando la víctima en el piso”, indicó el especialista.
En ese momento se produjo la intervención del abogado defensor de Amador, Luis Ricca, quien interrogó a Torre respecto a la posibilidad de que haya sido más que un asesino, pero el criminólogo afirmó que “la hipótesis más probable es que fue una sola persona”.
Cómo sigue el proceso
El juicio continuará el próximo miércoles en la sala del TOC 29, ubicada sobre la calle Paraguay 1536 con la declaración de más peritos propuestos por las partes.
En tanto, fuentes judiciales confirmaron a Télam que el tribunal tiene previsto que el lunes 27 de noviembre sea la primera jornada de alegatos a cargo del fiscal Abraldes y de la querella, integrada por los letrados Esteban Galli y María de la Paz Herrera, del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación.
Por el crimen de Marianela, asesinada el 27 de junio de 2010 y hallada un día después degollada y con 23 puñaladas en su departamento del barrio porteño de Balvanera, se está juzgado a su expareja, quien durante la etapa de instrucción de la causa -entre 2013 y 2018- fue sobreseído en cinco oportunidades, pero vuelto a procesar hasta llegar al juicio.
Amador llegó al debate en libertad y acusado de "homicidio simple" -con pena de 8 a 25 años de prisión-, ya que la figura del "femicidio" que se castiga con prisión perpetua, recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.
En la primera audiencia, Amador, quien conoció a la víctima cuando era preceptor de su colegio en la localidad fueguina de Río Grande, aceptó responder preguntas de las partes y negó su responsabilidad del hecho.
Marianela fue hallada asesinada el 28 de junio de 2010, cuando su hermano Matías fue a ver qué pasaba en el departamento 7mo. "A" que la chica alquilaba en la calle Tucumán 2080.
La estudiante yacía en el piso del living y, según la autopsia, murió degollada y quien la asesinó le aplicó además 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa.