La instalación de la planta de tratamiento de aguas residuales en la Base Antártica Conjunta Petrel (BAC Petrel) se enmarca dentro del Plan Anual Antártico 2022-2023 que busca promover la investigación científica y el desarrollo sostenible en la Antártida.
El proyecto comenzó en marzo del 2022 y plantea la puesta en funcionamiento de un sistema de depuración de aguas residuales en la Base Petrel. Las aguas residuales producidas en las bases antárticas, requieren de un tratamiento previo a su disposición final, tal como establece el Protocolo de Madrid al Tratado Antártico firmado en el año 1991 y que entró en vigor en 1998.
Sin embargo, este protocolo no define los parámetros a evaluar en las plantas de tratamiento, ni los límites de concentraciones permitidas en las aguas residuales tratadas, por esto los diferentes países tuvieron que ajustar sus procesos, de acuerdo con las propias normativas nacionales. Dentro de ese contexto, el Instituto Nacional del Agua también trabaja en optimizar los procesos para concederles una mayor robustez y poder hacer frente a estándares de tratamiento locales e internacionales que cada vez son más exigentes.
Para la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales en la BAC Petrel, se tomará la experiencia adquirida en otras plantas emplazadas en la Antártida. Esta iniciativa se sitúa dentro de la proyección de crecimiento estratégico del Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) para que la base, luego de 40 años, vuelva a ser base permanente.
En este trabajo participan el Centro de Tecnología del Uso del Agua del INA (SCTUA), la empresa Grupo IFES, la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR). Estos organismos conforman un equipo de trabajo integrado por más de 25 personas entre técnicos, licenciados e ingenieros bajo el lema: “1ra Misión Tecnológica Antártica – Año 2023”.
Para cumplir con los objetivos del proyecto parte del equipo de trabajo viajó en febrero de este año al continente blanco donde realizó un reconocimiento de toda la base, y prestó especial atención a las fuentes de provisión de agua. También, visitó la laguna en donde se realiza actualmente la captación de agua, y para estudiar posibles fuentes para obtener agua en un futuro. Durante la campaña se extrajeron muestras que serán analizadas fisicoquímicamente en el Laboratorio Experimental de Tecnologías Sustentables del Centro de Tecnología del Uso del Agua del Instituto Nacional del Agua (SCTUA-INA).
Con la puesta en marcha de esta planta, el Instituto Nacional del Agua (INA) demuestra su deber con la preservación del medio ambiente en la Antártida y su compromiso con el desarrollo sostenible en la región. Además, esta iniciativa tiene la finalidad de contar con instalaciones apropiadas de alojamiento. Las mismas tendrán una capacidad operativa para 60 personas que formaran la dotación permanente y 80 que estarán en tránsito, de esta manera permitirá tener la posibilidad de albergar un total de 140 plazas.
El Plan Anual Antártico 2022-2023, en el que se enmarca la implementación de esta planta de tratamiento de efluentes residuales, es una iniciativa del gobierno argentino para fomentar la investigación científica y la cooperación internacional en la Antártida. El mismo hace referencia a más de 50 proyectos de investigación ejecutados por el Instituto Antártico Argentino (IAA) junto a otras instituciones; de apoyo logístico, desarrolladas por el COCOANTAR; de gestión ambiental, ejecutadas por la Dirección Nacional del Antártico (DNA), en su calidad de Autoridad de Aplicación en nuestro país del Protocolo al Tratado Antártico.