
La vivienda es propiedad de Giuliana Rolando quien, junto a toda su familia, se había ausentado de la ciudad porque estaba en Tolhuin. Solamente quedaron en el inmueble las mascotas las que, lamentablemente, perdieron la vida en el siniestro.
Para sofocar el incendio, trabajaron a destajo los bomberos voluntarios y los integrantes de la División Bomberos de la Policía. Debido al viento que reinaba en ese momento, el fuego se propagó con facilidad, ayudado ademas por la construcción de la vivienda, que era de madera.
Los bomberos pusieron todo el esfuerzo en evitar que las llamas afectaran otras vivienda lindantes. Así, luego de una intensa tarea, lograron apagar el fuego y evitar que surgieran nuevos focos. Además, constataron que el lugar no estaba habitado por personas.
Tras la primeras pericias y los resultados de una intencionalidad del hecho, se procedió a la apertura de una investigación penal, caratulada averiguación de Incendio.