El vuelo histórico uniendo Santiago de Chile con Malvinas con escalas en Punta Arenas y Ushuaia se canceló este sábado a causa de los fuertes vientos registrados en la región y se concretó ayer al mediodía.
El vuelo llegó a Ushuaia a las 12:10 del domingo y un importante operativo de seguridad de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y efectivos de la Armada ayudó a unas 30 personas, en su mayoría veteranos de guerra, a abordar el vuelo con destino a las Islas.
Posteriormente, partió a las 13:18 de Ushuaia y arribó a Monte Agradable a las 14:46 no si antes desatar un episodio de alta tensión diplomática y simbólica, ya que la aerolínea LATAM eliminó el nombre oficial «Malvinas Argentinas» del aeropuerto de Ushuaia en sus pasajes y plataforma web.
La omisión del nombre del aeropuerto de Ushuaia “Malvinas Argentinas” de la información a los pasajeros fue producto de una exigencia de la Asamblea Legislativa de la colonia británica en Malvinas, y marca un nuevo ataque contra la soberanía argentina en la disputa por las Islas Malvinas.
El gobernador Gustavo Melella, se pronunció de manera contundente sobre esta decisión advirtiendo que "la condición nuestra fue y así quedamos que se anuncia como destino Malvinas Argentinas o Puerto Argentino" y agregó que “si LATAM no reconoce el nombre de nuestro aeropuerto que se despida de Ushuaia".
El cambio de ruta responde oficialmente a reparaciones en la pista del aeropuerto de Río Gallegos, pero también incluye la decisión unilateral de la Asamblea Legislativa kelper de vetar el uso del nombre «Malvinas Argentinas» para el aeropuerto fueguino.
Según lo establecido en el Acuerdo de 1999, el servicio de LATAM debe incluir dos paradas mensuales en Argentina, una en cada sentido. A raíz del cierre de Río Gallegos, el gobierno británico isleño confirmó que ocho vuelos —cuatro en dirección norte y cuatro en dirección sur— realizarán su escala en Ushuaia.
Las operaciones terrestres del vuelo en Ushuaia estaban a cargo de la aerolínea local de bajo coste Flybondi, que recientemente cambió de manos y está controlada por el fondo de inversión estadounidense COC Global Enterprise, con presuntos vínculos con empresas británicas.