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En el marco de las actividades de adiestramiento y alistamiento para operar en pistas no preparadas, y luego de una meticulosa planificación y ejecución, la Armada Argentina ha vuelto a aterrizar en la Antártida con una aeronave TC-12B Hurón, perteneciente a la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima.
El viernes 28 de febrero, un TC-12B Hurón despegó desde la Base Aeronaval Río Grande y aterrizó en la Base Antártica Conjunta Petrel. Permaneció en la plataforma durante cuatro horas antes de regresar en derrota directa al aeropuerto internacional de Ushuaia. Este vuelo reafirma el compromiso de la Armada Argentina con el fortalecimiento de sus capacidades en la Antártida, como las operaciones de búsqueda y rescate, evacuaciones sanitarias y vuelos logísticos, actividades fundamentales para el apoyo de las operaciones nacionales en el continente blanco.
El despliegue contó con el apoyo de un P-3C Orion de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, que proporcionó información sobre las condiciones meteorológicas a lo largo de la ruta de vuelo y sobre la situación en la Base Petrel. Este avión completó su misión y llegó a la Base Aeronaval Río Grande apenas cinco minutos antes de que el TC-12B aterrizara en Ushuaia.
Además, el rompehielos ARA “Almirante Irizar” se encontraba en el Pasaje Drake, en un punto estratégico, brindando apoyo en tareas de búsqueda y rescate (SAR) para garantizar la seguridad del vuelo.
Una vez que el TC-12B Hurón llegó a la Base Antártica Petrel, el P-3C Orion realizó un vuelo de vigilancia y control sobre la subárea 48.2 (Islas Orcadas del Sur), bajo el control operacional del Comando Conjunto Marítimo, dependiente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Lo llevó a cabo en el marco de la operación de vigilancia y control de los espacios marítimos “MARE NOSTRUM I”, y en coordinación con la Dirección Nacional de Política Exterior Antártica. La misión tuvo como objetivo garantizar el cumplimiento de las disposiciones de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), conforme a lo establecido en el Artículo XXIV de la Ley N° 22.584.
Durante su recorrido, la aeronave sobrevoló la Península Antártica y posteriormente las Islas Orcadas del Sur, donde detectó la presencia de trece embarcaciones. Con una duración de 9 horas, el vuelo del P-3C reafirma el compromiso del Estado Nacional, mediante la vigilancia y el control de las aguas jurisdiccionales, con la preservación de los recursos vivos marinos antárticos, garantizando de esta manera la alerta temprana y fortaleciendo el Sistema de Defensa Nacional.