El CONICET CENAT desmintió una serie de afirmaciones sobre los guanacos que se dieron en los medios los últimos días. En un comunicado, la comunidad científica desmiente varios mitos que intentan responsabilidad a estos camélidos nativos por problemas ambientales y ganaderos.
Históricamente, antes de la introducción del ganado ovino, se estima que 22 millones de guanacos habitaban la Patagonia en un delicado equilibrio con los pastizales. Contrario a la creencia popular, los investigadores señalan que la población de guanacos autorregula su densidad según la disponibilidad de forraje, lo que contradice teoría sobre un crecimiento poblacional descontrolado.
Además, indican que «Tampoco hay evidencia sobre la responsabilidad que se le atribuye al guanaco en la crisis ganadera. La degradación ambiental, causa principal de esta crisis, es producto de más de un siglo de sobrepastoreo ovino resultante de un manejo deficiente del ganado».
Por otra parte, los científicos destacan que, durante el periodo de declive del stock ganadero, las poblaciones de guanacos se encontraban en sus niveles históricos más bajos, lo que hace improbable que sean responsables de la crisis. De hecho, en condiciones de forraje limitado, el ganado ovino tiene desplazar los guanacos, relegándolos a zonas marginales.
Lejos de un problema es una solución
En otra parte del comunicado indican «Lejos de ser un problema, los guanacos se presentan como una solución potencial para la restauración de los ecosistemas degrafados. Sus letrinass comunitarias que forman (bosteaderos) funcionan como islas de fertilidad generando sitios de acumulación de nutrientes, humedad y semillas que favorecen la regeneración de la vegetación. De esta forma, el potencial de generar sitios favorables para el establecimiento vegetal sumado a sus características de pastoreador de bajo impacto y su capacidad de habitar ambientes pobres, señalan a estos animales como una especie con potencial para la restauración natural de ambientes degradados».
«Por todo lo expuesto no tiene ningún fundamento pensar que el guanaco representa un riesgo para el ecosistema patagónico. Dicha especie, con una de las fibras más finas del mercado, se presenta como una oportunidad invaluable para diversificar las actividades productivas de la región, complementar una ganadería ovina sustentable y promover la recuperación de las áreas degradadas, en un contexto de cambio climático acelerado. En este sentido, el manejo de los pastizales y las actividades que se desarrollan sobre estos debería definirse sobre el mejor conocimiento disponible, integrando el trabajo desarrollado durante décadas por sectores científicos, técnicos y productivos».
Este comunicado se da a conocer en el marco de la Disposición 812/2024 de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, que habilita a las provincias patagónicas a establecer planes de manejo para el guanaco. El CENPAT puso a disposición de las autoridades para proporcionar información científica y de asesoramiento.